Este informativo brinda un panorama general sobre los principales desafíos que enfrentan mujeres, adolescentes y niñas cuando pasan por el proceso de la menstruación y cómo la desinformación y los tabúes pueden afectar sus vidas.

Las mujeres, adolescentes y niñas han enfrentado circunstancias difíciles en cuanto al acceso a equipo de higiene personal, en específico, a toallas sanitarias, tampones o copas menstruales.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) indica que cada mes, cerca de 2 millones de personas menstrúan, además, afirma que se considera una crisis humanitaria ya que un porcentaje de personas en el mundo no tienen acceso a kits de higiene personal, información o espacios para poder asearse.

¿Cuáles son los desafíos que enfrentan las mujeres en cuanto a menstruación?
Muchas mujeres y niñas se ven imposibilitadas a tener acceso a artículos básicos de higiene personal. La menstruación como tal es un proceso natural, sin embargo, para muchas sociedades en el mundo, esto se puede ver como una excusa para marginar, señalar o desprestigiar y es ahí cuando los desafíos y limitaciones toman ventajas.

Algunos desafíos y riesgos pueden presentarse como:

Costo: en el mundo muchas mujeres y jóvenes no tienen acceso a sus productos de higiene menstrual por los costos que estos tienen. En algunos países, estos productos son considerados como artículos de lujo y los impuestos sobre estos materiales son altos. Una mujer hondureña en promedio mensual necesita al menos un paquete de toallas sanitarias, con un costo aproximado de L 48.50.

Falta de educación o información sobre la menstruación: muchas mujeres, adolescentes y niñas sufren los efectos de la desinformación, tabúes o mitos. Creencias propias de distintas culturas o religiosas han creado conceptos erróneos sobre la menstruación al considerarlo como algo sucio e impuro.
Vergüenza y marginación: cuando una sociedad considera que la menstruación está relacionada con la impureza o se le adjudican aspectos negativos, se aísla a las personas que expresan este proceso natural del cuerpo. En muchas ocasiones se aleja a mujeres y jóvenes a poder participar en aspectos sociales o culturales, dejándolas sin ninguna apertura a ser apoyadas durante este proceso.

No cuentan con la debida atención: la desinformación y el aislamiento puede llevar a que las mujeres no tengan el debido acceso a los artículos de higiene personal, obligándolas a recurrir a ropa vieja, tiras de tela o papel para poder usarlas como toallas sanitarias; de esta manera se pone en riesgo la salud, y ante la posibilidad de contraer una infección u otra complicación fisiológica.

Estigmatización, salud mental e independencia: la negatividad que se crea alrededor de las mujeres y jóvenes impulsa a la estigmatización sobre la menstruación, dejarlas solas y sin apoyo, se compromete la salud mental de ellas y de esa manera reducen su independencia. Al no tener acceso a la información o recursos, muchas de las mujeres y jóvenes deciden no ir a las escuelas o trabajos y se les limita que a participar en muchas actividades.

Sin espacios de limpieza: muchos espacios externos no cuentan con los recursos básicos para atender a personas menstruantes. Centros educativos y de trabajo no cuentan con el acceso de papel, toallas sanitarias o toallas húmedas, esto implica a que si una mujer o joven está pasando por su periodo no pueda asistir a estos lugares o se sienta incómoda respecto a su aseo.

Violencia: en muchas zonas del mundo se tiene el concepto erróneo que si una joven menstrúa está lista para tener un matrimonio, debido a que se cree que ya puede tener una vida sexual y procrear; son cientos los casos en el mundo de matrimonios jóvenes que provocan embarazos a temprana edad, vida sexual precoz o violación. Aunque ya hayan tenido su primera menstruación, no significa que su cuerpo está totalmente desarrollado.

¿Qué se puede hacer para reducir estos retos?
Todas y todos como sociedad pueden aportar de distintas maneras a que se disminuyan los conceptos negativos sobre la menstruación. Esto contribuiría a hablar sobre el tema con mayor naturalidad, información clara, la oportunidad de acceder a todos los espacios y artículos de higiene personal.
Algunos puntos específicos que se pueden considerar son:

  • Informarse y romper tabúes sobre la menstruación.
  • Promover políticas que brinden accesibilidad a las mujeres y jóvenes a obtener sus propios equipos de higiene personal.
  • Crear espacios para la limpieza personal y que cuente con los recursos necesarios.
  • Educar a niñas y niños sobre la menstruación desde edades tempranas, en el hogar o las escuelas, con el fin de eliminar los estigmas y mitos, también, promover hábitos saludables.

Importante: mediante la información se puede crear un entorno accesible para las mujeres y jóvenes, permitiéndoles a que tengan acceso a todo lo necesario para poder asistir sus propios procesos bilógicos, además, poder normalizar la menstruación ante la sociedad mediante la educación sobre este tema.

Más información
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Fuentes de consulta: